Escapada Miravet

Es imprescindible dirigirse al Embarcadero para poder disfrutar de la vista más bonita del pueblo, del río Ebre, de la muralla y del castillo de Miravet.

Las casas del casco antiguo suben desde el río por la pared rocosa de la montaña. Aquí se encuentra el antiguo embarcadero, el molino medieval, los porches, la antigua aljama morisca-judía, la calle de la judería, las murallas de cierre y la iglesia Vieja. Delante de la iglesia está la plaza-mirador de la Sanaqueta, con vistas al río. Hay una serie de casas colgadas y terrazas ajardinadas, hasta el acantilado del castillo.

Aprovechar la visita para hacer el aperitivo en la terraza del bar de la Plaza del Arenal, sin ningún encanto especial aparte de su ubicación, desde donde se puede ver el Ebro y donde hay vendedores ambulantes de productos típicos de la tierra: vino rancio, aceite de oliva, mandarinas, naranjas y objetos de cerámica.

Caminar por las callejuelas del casco antiguo (de origen musulmán). Debo decir, sin embargo, que el interior del pueblo no es de gran belleza.

Si se quiere visitar el Castillo, pregunte al pueblo por el horario de visita. No siempre está abierto.

A un kilómetro, está el Pas de Barca. Estas barcas de paso eran el único medio que podían tener para atravesar el río aprovechando únicamente la fuerza del agua. La Barca está formada por dos "llauds" sobre los cuales hay una gran plataforma de madera donde caben perfectamente 3 coches. Para que la corriente del río no se lo lleve, está sujeta a un cable metálico.

El Pas de Barca de Miravet es el último que queda con estas características (sin motor) a lo largo de todo el río Ebro.

La visita se puede hacer en una mañana.

Sin problema.

Sin problema.