Restaurante “Sant Pere del Bosc”

Es un rinconcito auténtico. Lo tiene todo: ubicación, buena cocina y trato excelente. Me hechizó el primer día que fui y salí aún más enamorada cuando volví.

¿Cómo explicar su ubicación? Todos conocemos más o menos Lloret: mucha gente y mil establecimientos sin demasiado encanto. Esto hace que cualquiera se pueda hacer una idea equivocada de "Sant Pere del Bosc"; de hecho, pienso que nadie se puede imaginar este rinconcito que esconde la montaña de Lloret. El camino de acceso, algo más de 10 minutos por un camino sin asfaltar en medio del bosque, ya da una idea de que el destino será algo diferente a lo que estamos acostumbrados. Impresiona mucho la primera imagen del monasterio que se vislumbra por el bosque. Majestuoso y con historia detrás.

Es un antiguo monasterio de religiosos benedictinos del 1600 aprox. y que sufrió diferentes reformas a lo largo de su historia (la última a cargo de Puig i Cadafalch). En la actualidad, está impecablemente restaurado siendo restaurante y hotel al mismo tiempo.

El comedor de dentro es relativamente pequeño. Dispone de 7 mesas. Acogedor y monísimo. Todo está perfectamente colocado. Me atrevo a decir que tal vez tiene un aire más serio que la terraza, que es un poco más informal y está abierta únicamente en verano. Pero, sin duda, ambos espacios tienen su encanto. Cada uno tiene que vivir en su temporada. En la terraza se respira la naturaleza. Y... para los que os guste la música en directo y las copas tranquilitas, la zona del chillout os volverá locos!

Tipo: cocina de autor donde se ofrece un menú degustación de 8 platos cambiantes cada mes y donde se respeta la cocina tradicional catalana. La cocina la tienen dividida en tres zonas: la del frío, la de la brasa (donde hacen la brasa gastronómica) y la de la cocina propiamente. El pan y los postres son hechos allí. Tuve la oportunidad de probar un poco del menú degustación y un poco de la carta clásica.

• Copa de cava con reducción de Chardonay - ya sé que hablo poco del cava y del vino; pero esta copita merece mención especial. La disfruté como nunca.
• Primera parte que forma parte del menú degustación:
  • Dátil relleno de foie - delicioso. Plato fino y elegante. Mezcla de productos que nunca me había imaginado juntos. Uno de los platos estrella.
  • Snacks:
    • Brick de langostino de Blanes con salsa ligera de curry - el curry le da un punto divertido al plato.
    • Ostra - este plato no lo cuento. Hay que probarlo! Brutal!
  • Flores de calabacín (del huerto) rellenas de bacalao con aire de miel - plato muy delicado con una puesta en escena diferente. El aire de miel le da un punto dulce fantástico.
  • Crema holandesa con espárragos y setas de verano y picatostes de jamón - otro de los platos estrella. No sé si decir: bestial mezcla de productos regados con una salsa finísima o bestial salsa finísima salteada con productos buenísimos. Quizás no soy objetiva porque los tres productos son una perdición para mí, pero este plato me encantó.
  • Sopa de tomates del huerto con queso fresco - plato perfecto para el verano. Refrescante y fresco a la vez.
  • Canelón de bogavante con reducción de sopa de pescado - otro de los platos estrella. Muy gustoso.
• Segunda parte de la carta clásica:
  • Caldereta de bogavante - para llorar de gusto. No puedo decir más que: se me hizo corta! Queda pendiente volver para repetirla!
  • Cabrito - está cocinado al horno durante 12 horas. Ni es necesario el cuchillo para cortarlo. Súper tierno y sabroso.
• Mojito - muy buena idea ofrecer un mojito en este momento de la cena!
• Ceviche de frutas con helado de coco - un postre muy refrescante.
• Petit Fours con el asesoramiento de Eva Senserrich - no podía terminar mejor la noche!

Raconet que hay que vivir.