Hotel “Boardwalk”

Tal y como se definen ellos mismos, son un pequeño hotel de Aruba. Pero a mí me gustaría añadir que tiene muchísimo mérito tener un hotelito de encanto en una isla donde las grandes cadenas hoteleras desfilan una tras otra en primera línea de mar. Desde mi punto de vista, el premio recibido de "Best Small Hotel", otorgado por Caribbean Journal, es más que merecido.

No había estado nunca en Aruba. Para ir desde el aeropuerto hasta el hotel tuve que cruzar Oranjestad por L.G. Smith Boulevard. Es el paseo donde están los casinos y los hoteles de lujo. Muchas luces de neón y edificios que parecen de mentira. En muchos momentos, tuve la sensación de estar ante casitas de muñecas... no estoy acostumbrada a ver tantos edificios de color rosa y blanco! Lo que sí intuí rápido es que allí se mueve mucho dinero entre el juego y la noche.

Justo en el momento en que estaba pensando esto, es cuando me encuentro frente a la entrada del hotel. Un lugar completamente diferente. Un oasis de tranquilidad y desconexión en medio del bullicio. Sentí una gran satisfacción.

Está ubicado en una antigua plantación de cocos y está formado por 14 pequeños apartamentos, llamados "casitas" completamente reformadas. Las "casitas" se distribuyen en dos zonas: alrededor de la piscina y alrededor de un pequeño patio de la parte trasera. El color blanco de las paredes contrasta con el azul cielo de las escaleras y de los balcones. Me pareció una construcción muy americana.

Cada "casita" es diferente; eso sí todas tienen cocina-comedor, terraza, barbacoa, wi-fi y aire acondicionado. La decoración es auténtica. Rústica pero con atrevimientos que sorprenden: ventanas azules con paredes amarillas. Me encantó.

La recepción es monísima. Tiene detalles que enamoran: mensajes escritos sobre trozos de madera, objetos de decoración hechos con caracolas y materiales reciclados, lámparas hechas con troncos. Está claro que detrás de este proyecto hay gente creativa y... añado también... gente súper amable, como Stephanie, que no dudó ni un segundo en aconsejarme rinconcitos para visitar la isla.

La piscina no es demasiado grande, Tiene forma redondeada y está muy cerca de la palapa que, para mí, es una de las zonas más agradables del hotel. Hay un par de sofás y un chinchorro que provocan estirarse sólo verlos.

El hotel se encuentra en la segunda línea de mar. De hecho, está a pocos minutos a pie de Palm Beach, una playa preciosa pero muy masificada porque está llena de hoteles/resorts enormes. Recomiendo alquilar un coche (el hotel tiene parking propio) para poder desplazarse hacia otras playas paradisíacas y solitarias (como la Surfside Beach). Si decidís ir a Palm Beach igualmente, el hotel deja toallas de playa para las hamacas que tiene a Moomba Beach y ofrece descuentos para comer allí mismo.

Aruba pertenece a las Antillas Holandesas. Tienen su propia moneda (aunque se puede pagar con dólares) y su propio idioma.

Rinconcito del todo recomendable donde os sentiréis muy a gusto y tranquilos. Pertenece a la que yo llamo "mi Aruba" y que no tiene nada que ver con la otra (la del turismo masificado).

Aceptan animales sin problema.