Restaurante “Tragamar”

Calella siempre será Calella, pero hay que reconocer que el "Tragamar" le da un valor añadido. El aterrizaje del "Grupo Tragaluz" en el Baix Empordà no ha podido estar más acertado.

Justo delante de la Platja del Canadell, unas pocas mesas en la terraza y una aglomeración de gente ya indican que algo bueno pasa allí dentro.

La terraza es pequeña, pero está montada con gusto. Mesas y sillas de madera, protegidas por un toldo amarillento, permiten tener una ubicación y vistas privilegiadas.

Dentro predomina el color blanco. Espacio moderno con motivos marineros por todas partes. La barra, con una actividad frenética dentro, es lo primero que te encuentras. Pizarras con las listas de los platos están colgadas por las paredes y apoyadas en el suelo, consiguiendo hacerte la boca agua antes de sentarse. Hay dos niveles. Recomiendo reservar las mesas que hay en el nivel de abajo próximas a las ventanas. Disfrutaréis de buenas vistas.

El servicio es perfecto. Han encontrado el punto ideal: ni te olvidan, ni te agobian demasiado. Todo en su punto justo. Amables sin caer en tonterías.

Tipo: cocina marinera. Tuve la oportunidad de probar:

• Almejas con tomate picante y aceite de albahaca - aunque yo no soy de picantes, este plato merece ser mencionado. Muy sabroso.
• Patatas Bhután - una de las especialidades de la casa. Son patatas con una salsa de queso Havarti deliciosa. La salsa es para mojar pan! Plato consistente que me encantó.
• Tataki de atún con guacamole - una manera muy diferente de comer el tataki: especie de tambor súper refrescante con base de tomate y queso que le dan aún más fuerza al atún.
• Pescado salvaje con patatas al horno - finísimo. En su punto de cocción y muy sabroso.
• Pannacotta de chocolate blanco y jengibre - diferente a todas las que he probado.

Muy buen producto en un lugar privilegiado. Un imprescindible del Baix Empordà y de la Costa Brava.