Escapada Surfside Beach

Siempre he dicho que hay dos Arubas.

Una es la conocida, la que le ha dado fama a nivel mundial. Miles de personas con pulserita se alojan en hoteles gigantes. Su inquietud es beber y jugar. Es frecuente ver grupos de jóvenes con cervezas en las manos entrando y saliendo de los casinos (máximo reclamo turístico de la isla) o quemados al sol de las piscinas de los hoteles. No salen de ahí.

La otra es la desconocida, la que muy poca gente conoce. ¡Yo fui a descubrir esta última y me encantó!

A menos de 15 minutos (caminando) del bullicioso Oranjestad se encuentra la maravillosa playa de Surfside Beach. Son 350 metros de arena muy blanca y súper limpia. El agua es de color azul turquesa y siempre está calmada. Dada su poca profundidad, es ideal para ir con niños. Un par de monísimos restaurantes facilitan los servicios justos que cualquiera puede necesitar durante un día de playa. De hecho, ellos mismos ofrecen alquiler de sombrillas y tumbonas que recomiendo contratar, sin duda.

El "Pinchos Bar and Grill" es un restaurante de madera ganado al mar. Está literalmente flotando. Su ubicación hace que la playa se divida en dos. La parte más cercana a los hoteles está llena de Divi Divi, que son los árboles típicos de Aruba y que están doblados por el viento. Están repartidos por la playa hasta casi tocar el agua. Dibujan un paisaje fantástico. La otra parte, la que está más lejos, no tiene árboles, pero tiene unas pasarelas de madera con barcos que le dan un encanto maravilloso.

¡Aparte de su belleza, lo que me enamoró es que no había nadie! Es un lujo poder gozar de una playa así sin tener que escuchar conversaciones que no interesan o sin tener que discutir por un metro de arena... Tenía toda la playa para mí.

En la misma playa y más cerca de las pasarelas de madera, se encuentra el restaurante "Barefoot" que tiene las mesas en la arena y que me fascinó. El sitio es maravilloso y la comida deliciosa. Hay un ambiente muy auténtico. Al otro lado de la carretera, el hotel "Talk of the Town" rompe con los estereotipos de la isla. Es muy correcto y la atención es fantástica. Al norte de la isla, algo más apartado, está el otro hotel que estuve. El "Boardwalk" es otro concepto. Más rústico que el anterior y con menos servicios pero mucho más auténtico.

Esta playa es un pequeño paraíso exclusivo del Caribe.

Si necesitáis y/o queréis ayuda en la organización de la escapada, no dudéis en enviarme un mail!

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Se puede hacer lo largo que uno quiera.

Sin problema.

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