Restaurante “Dos Cucharas”

Qué poco me esperaba disfrutar tanto!

Es cierto que me habían hablado bien y también es cierto que las fotos y los comentarios que veía por las redes me ilusionaban mucho; pero siempre tengo ese punto de "ya veremos". El restaurante está ubicado en el centro de Sant Cugat; concretamente está entre dos ubicaciones que yo frecuento bastante y esto hacía que no entendiera porque no había ido antes o, incluso, porque no la había ni visto!

Sea como sea, me presenté un día entre semana en pleno verano y justo cuando habían levantado el estado de alarma del Covid. Me gustó mucho que la discreción que tiene a pie de calle se mantenga de forma coherente en su interior. Tiene una decoración sencilla, sin muchas florituras ni complicaciones. Las paredes son de color gris, las mesas de madera gruesa y las sillas son blancas. Desconozco si fue por Covid o por practicidad, pero las mesas no estaban puestas, cosa que me sorprendió.

El local tiene dos zonas: la de la entrada con vistas a la calle y la del fondo que no tiene ninguna ventana. A mí me pusieron en el fondo, lo que me dio más intimidad. Lo agradecí.

En este restaurante no están por tonterías. Su prioridad es ofrecer buenos platos. Son fieles a aquel dicho que tanto me gusta: "van por trabajo".

Tipo: cocina de mercado y de temporada donde priorizan la calidad del producto. Están especialmente sensibilizados con el producto de proximidad; de hecho, trabajan únicamente con pequeños proveedores. Ofrecen platos tradicionales y platos innovadores; pero todos están mimados y elaborados con alma. Marcos Pujadas se define como autodidacta, pero se ha formado en la Hofmann y ha pasado por diferentes cocinas con estrella Michelin... casi nada! Tuve la oportunidad de comer:

• Coca crujiente de tártar de cigalas con su jugo y puerros confitados - Plato fascinante. Es elegante y muy sabroso a la vez. La coca es finísima. El puerro le da un gustito muy especial y está puesto en la medida justa para no anular el sabor de la cigala; que, por cierto, está repartida generosamente. El jugo que lo riega todo está sensacional. 
• Calamares fritos, ralladura de limón y mayonesa de kimchi - Está muy bueno; pero, sin duda, es el plato más flojo de los escogidos. El producto es de calidad y el frito está perfecto, pero quizás lo más destacable es la mayonesa de kimchi. Me pareció original la rayadura de limón, aunque me pareció un poquito escasa.
• Espuma de patata, huevo a baja temperatura, foie y trufa - Es uno de los platos estrella. Mientras lo comía, no fui capaz de levantar la mirada. La espuma de patata es muy suave y la mezcla con los otros productos, lo convierte en un plato único. Nadie puede marchar sin probarlo. Muy sabroso.
• Colmenillas a la crema con foie gras - Otro de los platos estrella. Las colmenillas y el foie son dos de mis perdiciones... imaginad tenerlos juntos! Es un plato contundente, pero vale la pena probarlo. Es delicioso.

Llegué a los postres justita y sólo probé el pastel de queso Dos Cucharas. Estaba bueno, pero la presentación mejorable.

Recomiendo reservar mesa antes de ir, pues el local es pequeño.

Ha sido un descubrimiento total. Volveré una y mil veces más.